¡Basta de violencia contra las mujeres!
Tanto el aumento de casos de violencia hacia las mujeres
como su instalación mediática, muestran un escenario de horror. Sin embargo, el
gobierno de Cristina sigue mirando para otro lado y no destina ni un centavo
para la atención de las mujeres afectadas. Así, sigue la violencia patriarcal
en esta sociedad capitalista.
El
28 de agosto de este año, en Benavídez, Juan Carlos Cardozo de 24 años dio
explicaciones sobre cómo había matado a la hermana, la hija y la abuela de su
ex pareja, Romina. Ella había decidido ponerle fin a una relación donde era
víctima de violencia física y emocional. Pocos días antes, un ex boxeador había
matado a golpes a su novia en Santiago del Estero. Sin embargo, éstos y otros
casos aún no se han contado entre los 119 femicidios -asesinato de mujeres por
el hecho de ser mujeres en manos de sus parejas o ex parejas- ocurridos durante
el primer semestre del año. Estos números, sumados a los arrojados en los
cuatro años anteriores, muestran la impactante cifra de al menos 1.100
femicidios, es decir, un asesinato cada 37 horas. Datos que solo corresponden a
los casos que han aparecido en los medios de comunicación y que fueron
relevados por el informe del Observatorio de Femicidios de La Casa del
Encuentro, es decir, una asociación de mujeres, porque el gobierno se niega a
“contar” esta realidad.
Pero
el panorama no termina aquí. Semanas atrás, una joven fue picaneada por su
novio y otra mujer filmó a su ex pareja pegándole a ella y a su hija. Ya había
presentado 17 denuncias contra él. Estos son solo ejemplos de las más de 50
denuncias que recibe por día la línea telefónica de la Corte Suprema de
Justicia o las 5.500 mujeres que han pedido ayuda a la línea 0800-mujer, solo
en Capital Federal. Mientras tanto, ¿las mujeres tienen que seguir muriendo?
Cristina: muchas leyes y poca plata
Hace
poco más de dos años, en marzo de 2010, la presidenta anunciaba con bombos y
platillos la sanción de la ley integral 26.485 para prevenir, sancionar y
erradicar la violencia contra las mujeres. Se trata de una ley que recogía
planteos centrales del movimiento de mujeres, pues no solo reconocía a la
violencia física, sino también a la violencia psicológica, sexual, económica,
simbólica y obstétrica. Violencias no solo generadas en el ámbito doméstico,
sino también en las instituciones de salud, educación o en los lugares de
trabajo. Más aún, reconocía las causas más profundas de esa violencia en la
cultura patriarcal que justifica la supuesta asimetría entre mujeres y varones.
Pero como hemos visto, la realidad de las mujeres se sigue agravando desde ese
momento. Una vez más, Cristina demuestra que muy lejos está de los derechos de
las mujeres a pesar de su discurso. Todo lo contrario: no ha destinado un solo
centavo a la creación de refugios para que las mismas puedan escapar y salvar
su vida, ni tampoco financia centros de atención psicológica y social para las
víctimas. Muy lejos está de garantizar abogados defensores para las mujeres o
siquiera espacios en donde las denuncias sean tenidas en cuenta. La realidad es
que no hay mayor estímulo para los agresores que la impunidad, no sólo la de
los autores, sino también para quienes debieron actuar y no lo hicieron. Y eso
termina con la muerte o, con suerte, el silencio de las mujeres.
Por
eso decimos ¡basta de impunidad! Y reclamamos que se declare la emergencia
nacional de violencia contra las mujeres. Queremos presupuesto ya para poner en
marcha todos los recursos para protegerlas y terminar con la impunidad.
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