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domingo, 13 de marzo de 2022

Alimentos aumentaron más del doble que los salarios

Las frutas y verduras fueron el producto que más aumentó en los últimos meses.

Los alimentos aumentaron sus precios, en promedio, un 154,3% en el último bienio. Este cálculo fue realizado con las actualizaciones del Indec sobre la canasta básica alimentaria en un artículo de El Economista, publicado este lunes 7. En tanto, la canasta básica total trepó un 133%. Ahora bien, según el mismo Indec el promedio de los aumentos salariales en todo 2020 y 2021 totalizaron un 72,6%.

Durante el lapso, que coincide con la asunción del gobierno del Frente de Todos, una Canasta Básica Alimentaria pasó de valer $14.541 a $36.986. Vale recordar en ese mismo sentido que el salario mínimo vital y móvil se sitúa actualmente en $33.000, lo que siquiera alcanza a cubrir la alimentación básica de una familia promedio. El panorama se oscurece si se atiende que entre un tercio y la mitad de la fuerza laboral del país está en condición de informalidad, donde el ingreso promedio se radica en $27.301.

En los últimos meses el salto de precios fue cualitativo. Con una media de inflación de 3,8% en diciembre y 3,9% en enero, los alimentos vienen quebrando el índice general del proceso inflacionario. Aún a la espera de los números oficiales del Indec, el Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (Ispeci) advierte en un relevamiento sobre los 57 productos de la Canasta Básica Alimentaria en 650 comercios de cercanía del conurbano bonaerense que comidas y bebidas habrían aumentado un 9,8% en febrero.

Las subas por encima de la media en almacenes y comercios en el conurbano, donde el grueso de la población más empobrecida realiza sus compras, son una confesión del fracaso estridente de todas las políticas refritadas para congelar o regular los precios del gobierno. De este modo, las frutas y verduras, que siquiera entran en ninguno de los programas de precios gubernamentales, vuelven a tensionar la suba de febrero con un 10,3%.

En este marco, el gobierno anunció que buscará un acuerdo de precios y salarios una vez haya definiciones sobre el acuerdo en tratativas con el FMI. La intención sería que ambos cierren en un 40% para el año en curso, en sintonía con la meta inflacionaria dispuesta en el proyecto de acuerdo con el Fondo. Para este cometido de abroquelar los salarios por debajo de una inflación visiblemente superior el gobierno ya hace punta convocando al Consejo del Salario y anticipando un aumento acorde a esta pauta en cuotas, lo que vaticina que el mínimo continuará cómodamente bajo la línea de indigencia. Mientras tanto, se comprometen a pagarle a la banca una tasa de interés por encima de una inflacion estimada mayor al 50%.

Ahora bien, atendiendo a cómo cada política para regular los precios fracasó una tras otra, queda mucho más claro que una vez más estaremos ante un “acuerdo de precios contra salarios”. Es decir, ante un nuevo pacto que las patronales alimenticias volverán a vulnerar mientras se imponen techos paritarios que sigan echando leña a la galopante desvalorización salarial. Este cuadro de catástrofe sin duda está regido desde el centro por el acuerdo con el FMI, que oficiará de ahora en más de veedor directo de toda la política económica bajo el poder de veto conferido a sus “revisiones trimestrales”.

Los trabajadores tenemos que decirle basta al atropello continuo de nuestras condiciones de vida. Hemos llegado al punto en que las necesidades más básicas, tales como la alimentación, ocupan cada vez mayor porcentaje del total de los salarios mes a mes, si es que los mismos llegan a cubrirlas. Esta pauperización solo tenderá a agravarse en precisos momentos en que el gobierno busca imponer techos paritarios por debajo de la inflación e incluso anuncia que vuelve a la carga con la reforma laboral que había dado por descartada.

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